lunes, 7 de marzo de 2011

KOF NewGeneration (Parte 3)

Hijos de fuego y hielo. Parte 3

En otro lugar de los suburbios, una familia muy particular miraba la televisión, una pequeña niña de unos seis años sorbeteaba su sopa de miso, era el ruido que más se escuchaba aparte de la T.V. – Kairi, estás desparramando todo. – Le decía su madre, una linda rubia muy delgada y de tez pálida, era Kula Diamond, que ni siquiera en su aspecto más maduro parecía adulta, su rostro aún permanecía infantil. – No te preocupes Kula, yo lo limpiaré. – Le dijo sin retraso un hombre muy grande y con cara bonachona, era Maxima, quien siempre estaba al lado de K’, Kula y su familia, al igual que Candy, la que servía la comida cada día. – Gracias tío Max. – La vieja costumbre de Kula de llamar “tío” a Maxima, K’ permanecía muy callado, en ese momento ansiaba un cigarrillo, pero tenía estrictamente prohibido fumar delante de los niños y gracias a eso ya no consumía tanta nicotina como antes. - Es curiosa la noticia aquella sobre la desaparición de varios practicantes de artes marciales ¿Verdad? – Comentó Kaede, el hijo mayor de K’ y Kula.

– Me tiene sin cuidado. – Habló K’ con toda frialdad, seguía sin tomarle importancia a lo de KoF, eso incluía a los luchadores aquellos. – Tal vez se quisieron escapar de tanto estrés y andan disfrazados por ahí en alguna playa, en alguna isla paradisiaca, por Hawai o algo así. – Dijo Kula, y a su comentario hubo un pequeño silencio y algunas sonrisas. – Puede ser… - Le habló K’, siempre le asombraban los comentarios infantiles e imaginativos de ella.

Disculpen, voy a salir un rato. – Se levantó Kaede de la mesa y salió de la casa, caminó un par de cuadras y sacó un cigarrillo, justo cuando estaba por encenderlo, lo interrumpieron. – Mocoso baboso, ya me esperaba que estuvieras llenando tus pulmones con esta porquería. – K’ sorprendió al muchacho en su frente, había estado siguiendo en característico silencio a su hijo, a la par que hablaba, afirmado en el pilar de un poste de alumbrado, también se llevaba un cigarro a la boca. - ¿Por qué vienes a darme consejos cuando tú eres el vivo ejemplo de lo erróneo. – A Kaede no le sorprendían las apariciones de su padre, pero estaba un poco molesto, en lo que K’ hizo lumbre con su mano diestra y encendió el cigarrillo de su hijo.- Por lo mismo es algo que no deberías imitar, pendejo, sólo espero que no se lo estés ocultando a tu madre o te patearé. – K’ terminó de hablar y comenzó a caminar, Kaede lo miraba, luego vio su cigarrillo y lo botó al suelo, corrió tras su padre.

Papá… yo… lo siento. – Se lamentó al tiempo que caminaba tras K’. – Lo sé, ustedes los nuevos críos creen que se lo saben todo, no te preocupes. – Puso una mano sobre la espalda de su hijo y semi sonrió. – Vamos, demos un paseo nocturno. –


Continuará...

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