jueves, 3 de marzo de 2011

Un episodio en Navidad? (Parte 2)

Mientras tanto, en Osaka de nuevo esa noche...

Tres personas se encontraban sentadas en un patio de comidas del gigantesco e iluminado centro comercial de Osaka. Las ofertas navideñas y el decorado que le habían puesto era ingenioso y maravilloso. De fondo las canciones de navidad y el ajetreo de la gente lo hacían insoportable para al menos una de las tres personas que estaban ahí.

Kaori Nikegami comía su sandwich y apuraba sus papas fritas con enojo.

- Sorata, yo no estoy segura que esos muñecos que me compraste para los niños del Orfanato sean buena idea.... es un poco.... - dice Kaori

- ..... egocéntrico? .... ya que son muñecos que nos representan, como participantes del King of Fighters - le dice la chica de cabellos morados al lado de Kaori.

- si... a eso me refiero. Uhm no sé, Athena... no estoy segura que les guste - suspiró Kaori viendo la gran bolsa de muñecos que Sorata dejó en una cuarta silla desocupada.

- Naaaaaah, despreocupate, Kaori-san. Además que siempre hay muñecos favoritos. Compré varios de sensei Iori-sama, y seguro que alguno de esos muñecos va a dar al bolso de usted, Kaori-san - dijo Sorata despreocupadamente mientras jugaba a su PSP.

- ¡Cállate!, no quiero muñecos de él! - exclamó Kaori enfadada.

- Ya... fue una bromita, Kaori-san. Y seguro que Athena-san también tiene su muñeco favorito - Sorata saca una botella tipo petaca de su bolsillo, escondida y bebe un gran sorbo.

Athena solo se rió sin decir nada.

- ¿Quieres dejar de beber esa porquería? - le dijo Kaori con asco, dándole la espalda y mirando a Athena - Entonces, Athena... pensé que ibas a venir con Raine-kun y así ibamos a hacer las compras todos juntos -

Athena se puso seria de repente.

- No, me dijo que tenía algo importante que hacer - suspiró - al menos prometimos que Navidad la pasariamos juntos, ya es algo. Siempre anda metido en sus investigaciones misteriosas -

Kaori semisonrió. Le recordó a Iori esa faceta.

- ¡AGH ESTUPIDO JUEGO NO CONSIGO GANAR! - Sorata de pronto parecía extremadamente furioso contra su PSP y la lanza lejos, sin importarle nada. Las chicas se estremecieron y vieron como en cámara lenta la consola portatil volaba y cae al primer piso del centro comercial mientras algunas personas gritaban.

- Sorata eres un imbecil! como se te ocurre hacer eso?! puedes lastimar a un niño pequeño!! - le grita Kaori muy enojada.

- ¡Jaja! tranquila chicas, por suerte mi cabeza es lo bastante dura como para resistir cualquier golpe! - de repente aparece un musculoso y apuesto muchacho el cual representa mucho menos de lo que en verdad tenía. El eterno joven apuesto, le llamaban sus fans, el lobo famélico y conocido peleador callejero: Terry Bogard. Venía sobándose su nuca y en su otra mano la PSP trizada.

Kaori pensó fugazmente que la frase de Terry podía tener un doble sentido, pero mejor no quizo encontrarle ese otro sentido y saludó a Terry.

- ¡Terry! ¿Andabas haciendo las compras Navideñas también? - le preguntó Athena, contenta.

- Algo asi... andaba de paso por Osaka. Pensaba pasar la Navidad en Southtown, pero Mai y Andy querían hacer algo más grande y nos invitaron con Rock. Además Mary anda trabajando así que nos vinimos. -

- Si, sabemos como te sientes - pensaron Athena y Kaori al mismo tiempo.

- Viéndolo de otra forma, fue Bogard el que le dió un cabezazo a mi PSP. Quedó completamente rota - observó Sorata.

- Es culpa tuya - Kaori le dió una mirada asesina - Ehh... Terry, aun nos faltan más compras ¿nos acompañas? así tienes a raya a Sorata que le ha dado ultimamente por arrojar objetos peligrosos por la ventana -

- ¡¿En serio?! - exclamaron Athena y Terry al mismo tiempo.

- ¡No le crean! Solo que en casa de sensei Iori-sama con Fio-san estabamos jugando a arrojarnos cuchillos de cocina! - se defendió Sorata.

- ....... -

- Mejor será que vaya con ustedes - dijo Terry mirando a Sorata con cara de ver a una persona enferma y peligrosa.

Mientras se retiraban del patio de comidas, y Kaori apuraba a Sorata que se caían las bolsas de juguetes de pronto en pronto, la chica pelirroja siente una aura que no había notado al principio, pero de pronto empezó a crecer, y se acercaba... se acercaba más y más a donde estaban. Su mirada se encontró con la de Athena, ambas se entendieron.

- ¿Que les pasa chicas? - preguntó Terry, extrañado.

- Es una especie de Ki poderoso y extraño .... - dijo Athena lentamente.

- ¡Y viene hacia acá! - exclamó Kaori sin poder contenerse.

Terry pensó que iban de broma, pero pasado unos segundos se escuchó una fuerte explosión y la gente gritando y corriendo como loca por todos lados.

- ¡Viene del primer piso! - aulló Sorata - ¡Hay una emergencia! -

No alcanzaron a decir más, los cuatro bajaron de un salto por las escaleras mecánicas donde casi son atropellados por la masa de gente que corría despavorida.

En pleno pasillo del centro comercial, con vidrios trizados y adornos navideños rotos se encontraban dos figuras frente a frente. En el suelo yacian los cuerpos de varios guardias de seguridad. Athena con horror se acercó a uno.

- Está bien! solo desmayado ¡será mejor que llame a una ambulancia! -

Las figuras se habían alejado al acercarse el grupo.

- Maldición, iré a ver que se traen. Sorata, quédate con Athena acá. - le demanda Kaori.

- Voy contigo, Kaori - dice Terry y ambos corren. Allí en la pileta principal del centro comercial, bajo un enorme Santa Clauss mecánico que emitía villancicos navideños se encontraban las dos figuras. Kaori y Terry reconocieron una inmediatamente.

- ¡Kyo Kusanagi! - gritaron. La otra figura era extraña. Se asemejaba a un duende por su gorro y atuéndos, pero con un escalofrío notaron que era semitransparente y sombrió. Emitía frio y un leve brillo.

Kyo pareció limpiarse sangre de su boca.

- Atrás!, esta cosa es bastante fuerte y me atacó de improviso. - advirtió Kyo sin perderle mirada al duende.

- Pero... pero.. - balbucea Kaori. En un rápido movimiento en el que Kaori tambalea y es sostenida por Terry, el duende se movió a la velocidad del rayo, lanzándo una patada que es bloqueada por Kyo. La fuerza descomunal era tal que al bloquear la patada Kyo es impulsado hacia arriba, estrellándose contra el muñeco de Santa Clauss y explotando.

- Eso está sobre los límites humanos... bien, es mi turno - murmuró Terry, que moviéndose repentinamente por detrás del duende, se acerca y golpeando el piso con su puño exclama - ¡POWER GEISER! -

Una enorme columna de fuego se levanta desde el piso trizándolo y golpeando como una tromba al duende, que es alcanzado y cae sobre unas vitrinas llenas de jugetes, hacièndose mil pedazos.

- ¡Lo alcancé! - exclama Terry.

- ¡Terry! ¡Atrás de tí! - grita Kaori, que se había quedado inmovil tras la acción de Terry.

- ¿Que dem...... - el duende se había materializado tras la espalda de Terry y le da un enorme codazo en su columna. Su fuerza era tal que llegó a doblar a Terry y Kaori vió, nuevamente como en cámara lenta, Terry se contorsionaba del dolor en el aire antes de caer de cabeza en la pileta y la triza volviéndose todo polvos y escombros. Kaori, impactada no atina a hacer nada cuando se encuentra con unos misteriosos ojos brillantes plateados del duende. Era curioso, no le asustaban, le atraían de cierto modo. Ahora estaban frente a frente.

- OROCHINAGI! - una avalancha de fuego apareció de pronto, y dentro de esa avalancha una especie de figura humana llameante, cuyos ojos brillaban con el fiero fuego. Era la técnica definitiva del clan Kusanagi, Kyo golpea al duende y este se desvanece en bolutas de cenizas. Kyo cae agotado al piso y es asistido por Kaori, en ese momento llegaban Sorata, Athena y policias y médicos.

En pocos minutos estaban en una ambulancia camino al Hospital Kyo y Terry, acompañados de Athena y Kaori. Kaori había mandado a Sorata a regresar a casa con los juguetes y que le diese la noticia a los demás que estaban bien.

Terry estaba inconciente, pero Kyo podía aún hablar.

- ¿Que fue eso? es... un nuevo enemigo? - le preguntó Athena.

- No.... no lo sé. Para todo el desastre es afortunado que no haya pasado nada grave, nadie muerto... pero si estamos bien aporreados - se lamentó Kyo.

- Esa criatura... buscaba algo, o a alguien.... - dijo Kaori de pronto.

Athena la quedó mirando, pero no dijo nada. El suceso en completo había sido muy raro.




Al anochecer el frío parecía más crudo en esa época en Osaka. Aunque no nevaba si caia un leve aguacero que parecía aguanieve, y a pesar de estas inclemencias, las personas seguían repletando los centros comerciales y plazas de aquí para allá, entre una multitud de colores y música navideña, comprando regalos.

Dentro de una cabina telefónica cerca de un callejón más oscuro se encontraban dos jóvenes abrazados, eran Michiru y Kamuro, que amparados en la oscuridad del sitio se besaban apacionadamente. De pronto Michiru se separa y Kamuro se dá sin querer un golpe en la cabeza con el teléfono.

- Agh! - gimió en voz baja - ¿que ocurre? - le preguntó a Michiru.

- No sé... de pronto sentí como si alguien nos observara. - Dijo Michiru mirando hacia atrás.

Kamuro se ruboriza bastante al ver el desorden de sus ropas y el estado en que estaban... bastante despeinados tal como no le gustaba a su madre que lo viese.

- Ya es tarde, será mejor que te vaya a dejar a casa, Michiru - le dijo tomándola de la mano.

- Entiendo, aunque me gustaría haberme quedado más tiempo - Michiru le sonrió con una semisonrisa pícara.

De pronto sintieron un ruido entre unos contenedores de basura a la oscuridad. Sintieron un escalofrío ambos, no habían notado lo oscuro y apartado del lugar.

- Un gato hambriento seguro. Vamos, tampoco sea que esté Ygnes por ahí observándonos - dijo Kamuro sin pensarlo.

Michiru sintió otro escalofrío, pero esta vez como de verguenza y rabia.

- Y es capaz de hacerlo... -

Ambos caminaron unos pasos cuando se encuentran al doblar en una esquina de frente con otra pareja que venía en dirección opuesta.

- Jojojo, mira a quién nos encontramos en un sitio tan oscuro - dijo una voz femenina y chillona.

- ¿Chicos? ¿que hacían por acá a estas horas? ... no soy su padre y ustedes son grandes luchadores pero creo que no... - dijo el hombre al lado de la chica de la voz chillona.

- Andy, déjalos, si quieren intimar en sitios así ellos son grandes para eso - contesta inmediatamente la chica.

Michiru y Kamuro se ruborizan de inmediato y sonrien sin atinar a responder. Hasta q por fin Kamuro habla.

- Es... un gusto verlos, Andy-san, Mai-san - saluda Kamuro, y Michiru con un asentimiento de cortesía.

- Chicos, van a casa? puedo llevarlos si gustan, tenemos el coche aparcado ahí en ese estacionamiento - dijo Andy indicando a la otra cuadra.

Michiru y Kamuro se miran y asienten.

- Si no es mucha molestia, nos gustaría - dijeron ambos pensando repentinamente y sin querer en los ruidos extraños del contenedor de basura.

- Perfecto, vamos allá - dijo Andy.

En unos minutos más iban en el moderno coche deportivo de Andy. Los chicos se sientan inmediatamente atrás y Mai adelante con Andy sin dejar de mirar hacia atrás y hablarles y preguntarles cosas típicas, sobre Kaori y Iori, o Athena y Raine, los Youmas, Yunai, etc y etc, y de vez en cuando hablando Mai de su Chiisai. Kamuro empezó a sentir somnolencia, sobre todo que Mai hablaba y hablaba y solo Michiru parecía entenderse mejor con ella. Notó que Andy parecía notar lo mismo.

- Es extraño - dijo de pronto Andy, cuando notaron que no se encontraban en el autopista principal, sino en un camino lateral rodeados de lo que parecía ser un parque con antiguos templos budistas. - Este camino era un atajo que ocupo a veces, pero parece que lo han bloqueado... eh, no veo donde podamos doblar para devolvernos al autopista -

- ¡No sé para que tomas esos atajos inseguros, Andy Bogard!, la otra vez cuando fuimos de excursión no pasó lo mismo - le dijo Mai.

- Ya si, pero este camino lo uso siempre cuando voy a Osaka y hay mucho tráfico. -

Kamuro cerró sus ojos un instante haciendo oidos sordos a la discusión de Andy y Mai. Sintió entre sus manos el suave contacto de las manos de Michiru que le acariciaban y sintió como adormecido. En un pestañeo vió por la ventana lateral dos ojos rojos que miraban a cierta distancia y se sobresaltó.

- ¡¿Que es eso?! - exclamó. Inmediatamente Mai y Andy detuvieron su discusión y Michiru miró donde señalaba Kamuro.

- No hay nada, mi amor - dijo Michiru cariñosamente, pero con un ligero temblor en su voz - pero... sentí algo -

Andy no hizo más preguntas.


- Quizás hay asaltantes acá, ya saben, esos malditos Jakusas asaltants y traficantes de coches. No quiero iniciar una pelea. -

Andy acelera a fondo saliendo de la zona, pero se encuentra con unas rejas que tapaban la salida.

- Maldición, esto no es natural! - dice Andy perdiendo la paciencia de a poco.

Michiru grita de pronto y todos se sobresaltan. Por el retrovisor Andy puede verlo, unos ojos rojos se acercaban por detrás del coche.

- ¡¿QUE DEMONIOS ES ESO?! - grita y acelera a fondo, pero no perdían distancia contra el ser que los perseguía.

Kamuro, abrazando a Michiru que se tapaba el rostro miró fijamente y pudo observar que era un ser parecido a una... gárgola, con grandes alas que lo impulsaban a gran velocidad tras el coche.

De pronto la criatura logra alcanzar al coche y la choca por un costado, es cuando Andy pierde el control y aún cuando frena, salen disparados contra una serie de rejas de madera y chocan ahí ladeandose un poco. Todos se golpean y quedan magullados.

- Agh... ¿están todos bien? - dice Andy con un hilo de voz.

- Por ahora - le dice Kamuro, incorporándose y temblando.

Michiru parecía tan blanca como un cadaver y se veía muy asustada, pero Kamuro la había protegido de los golpes.

Mai de pronto sale del coche y sacándose su vestido queda en su ligera ropa de ninja.

- No sé que eres ni de donde has salido.... pero te daré una lección al estilo Kunoichi Shiranui! - le desafía.

- MAI! - grita Andy saliendo del coche rápidamente.

La gárgola gruñe espantozamente y Mai con ojos llorosos mira hacia atrás.

- ¡Es horrible! - solloza Mai. Al parecer quedó paralizada del miedo y el valor que reunió para desafiar a la bestia se le había esfumado. Es cuando a Andy se le subió la rabia a la cabeza y enfrenta a la criatura.

Se lanza con su técnica Ku-Ha-Dan en patada voladora contra la criatura, pero es demasiada lenta para esta y es esquivada con facilidad. La gárgola ahora volaba ante un atónito Andy.

- ¿Como luchar contra... este engendro? -

Antes de poder volver a pensar una respuesta, Andy se ve atacado por la Gárgola que usa sus mandíbulas para tratar de triturar a Andy, pero un abanico de fuego golpea a la Gárgola en las alas, antes que lo haya intentado, la Gárgola voltea hacia Mai y Andy aprovecha de contraatacar con su golpe de giro de fuego.

- Sho-Ryu-Dan! -

La Gárgola cae a tierra pesadamente. Mai y Andy continuaban en guardia.

- Lo hemos tumbado? - pregunta Mai gritando.

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